Las 55 sirenas del Sistema de Alerta Temprana (SAT) volcanes se activarán nuevamente este domingo, a las 13:00, en tono de prueba, como parte del proceso de mantenimiento preventivo que lleva adelante la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR), en coordinación con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) y el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), entidades que tienen a su cargo la competencia de un grupo de sirenas.

Esta acción se desarrolla desde el 16 de abril pasado con el fin de potenciar la operatividad del SAT y como parte del proceso de preparación establecido en octubre de 2022, destinado a fortalecer las capacidades de respuesta de las comunidades situadas en la zona de influencia del volcán Cotopaxi.

En esta primera verificación se determinó que el 84% de las sirenas está operativo y el 16% se encuentra en mantenimiento, labor que le corresponde a los GAD, por su competencia.

Este 23 de abril, se realizará una nueva verificación de los equipos y de manera consecutiva todos los domingos, siempre a las 13h00.

En el caso del Distrito Metropolitano de Quito, el GAD de esta localidad realizará un anuncio previo sobre activación de sirenas, a través de perifoneo dirigido a las comunidades, para -posteriormente- activar el tono de simulacro, que se escuchará 3 veces consecutivas. De igual manera, en el Parque Nacional Cotopaxi se activará el sonido de simulacro.

En este proceso periódico de activación se realiza el levantamiento de información de los equipos para determinar el mantenimiento en sitios que así lo requieran.

En la provincia de Cotopaxi se encuentran operativas 29 sirenas, 23 en Pichincha y 3 en Tungurahua, lo que da una sumatoria de 55 sirenas, distribuidas en Latacunga, Píllaro, Salcedo, Mejía, Quito, Rumiñahui y Ambato.

El SAT volcanes proporciona una alerta temprana a la población que se encuentra asentada en las zonas cercanas a los volcanes; a través de este mecanismo tecnológico, Ecuador cuenta con una alerta activa, durante las 24 horas del día, de la actividad de los volcanes.

Desde el año 2015, este sistema está operativo en el país bajo la rectoría de la Secretaría de Gestión de Riesgos y con la cooperación del Servicio Integrado de Seguridad ECU-911, el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (IGEPN) y el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI).

El monitoreo permanente lo realiza el IGEPN, entidad que reporta las anomalías a la SGR, a través de radio troncalizada y comunicaciones alternas como telefonía celular o mensajería automática e instantánea.

Por su parte, el INAMHI realiza un reporte de la velocidad y dirección del viento que existe en la zona del fenómeno y desarrolla un informe de estimación de las zonas que podrían verse afectadas por la posible caída de ceniza.

De manera complementaria, la SGR trabaja coordinadamente con los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) y el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAE), para la óptima operatividad de las sirenas locales.

Con la optimización del SAT, impulsado por la SGR, se fomenta el efectivo funcionamiento de los procesos de alerta temprana en los territorios, priorizando la importancia de brindar a la ciudadanía información oportuna que permita proteger la vida, en especial en zonas vulnerables a eventos peligrosos, como lo son las poblaciones cercanas al volcán Cotopaxi.

El IG-EPN ha presentado los escenarios eruptivos probables para el corto plazo, que pueden ir evolucionando dependiendo de lo que se observa en los parámetros de monitoreo.

El escenario más probable es la ocurrencia de esporádicas columnas eruptivas, menor a 2 km; el segundo escenario, plantea columnas eruptivas de entre 2 y 4 km sobre el cráter, y caída de ceniza de impacto cantonal a provincial.

Mientras que, en el tercer escenario, muy poco probable, se enfrentaría a un aumento rápido y significativo de la actividad interna y superficial del volcán con columnas eruptivas altas, mayores a 8 km y caídas de ceniza a nivel nacional, flujos piroclásticos y lahares primarios procedentes del derretimiento parcial del glaciar.